POR MARTHA GUTIÉRREZ
@MarthaGtz
Vocal del Consejo Directivo Del Instituto de Política y Gobernanza, A. C.
El pasado primero de octubre los mexicanos fuimos testigos de un hecho histórico. La toma de protesta ante en Congreso General de la primera Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, ante la expectativa particularmente de casi 65 millones de ciudadanos que esperábamos ver y escuchar a una jefa de Estado priorizando un ejercicio democrático capaz de convocar e incorporar a su proyecto de gobierno a todo el talento de México.
Una jefa de Estado, con la talla para transformar los grandes rezagos en oportunidades para los cerca de 130 millones de mexicanos.
Desafortunadamente, solo pudimos ver a una Claudia Sheinbaum que únicamente se dirigió a quienes votaron por ella. Además, pudimos percatarnos que los 100 puntos que Claudia Sheinbaum nos propone y que leyó en el Zócalo como Segundo Piso de la 4T, son un “remix” ideologizado de Andrés Manuel López Obrador, que evidentemente no corresponden ni remotamente, al programa para México que estábamos esperando por la capacidad, formación y talento de la nueva Presidenta de la República.
Pero más allá de eso, las grandes preguntas que los ciudadanos nos debemos hacer ahora son: ¿A dónde nos lleva el Segundo Piso de la 4T? ¿De verdad vamos a aguantar otros 6 años de Mañaneras de un programa ideologizado de refritos, improvisaciones y finalmente de rezagos?
Porque en la medida que México no se incorpore a los grandes cambios del mundo y el actual gobierno se siga viendo al ombligo. Solamente unos cuantos tendrán futuro, no todos.
Hasta ahora, a 15 días de iniciado el Segundo Piso de la 4T de Claudia Sheinbaum, todavía no nos queda muy claro si va a continuar viendo hacia atrás, o si está viendo el presente, o si verdaderamente se va a decidir a ver hacia al futuro.