Al pie de la letra
Por Raymundo Jiménez
Anteayer martes, por segundo día consecutivo, el presidente Andrés Manuel López Obrador retomó el tema del chantaje al que fue sometida durante su campaña la gobernadora electa de Veracruz, Rocío Nahle, por parte de un alto ejecutivo de Televisa que le pidió 200 millones de pesos a la exsecretaria de Energía a cambio de no difundir en los noticieros de la televisora información sobre supuestos actos de corrupción en la construcción de la refinería de Dos Bocas, Tabasco.
Por su parte, Nahle, en una entrevista por Zoom con los periodistas Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, del medio digital Sin Embargo, a insistencia de los entrevistadores que la cercaron para que señalara con precisión quién fue el chantajista, la ex diputada federal y exsenadora de Morena precisó que el intento de extorsión fue del corporativo y no de la filial de Televisa en Veracruz; que tampoco fue un reportero o un personaje menor de la empresa sino un directivo de alto nivel, y que dicho individuo le solicitó una entrevista por intermediación de un colaborador de su campaña y que ella lo recibió personalmente en su oficina del puerto de Veracruz y que ahí, dicho directivo de Televisa, le comentó de la información negativa que presuntamente tenían sobre ella y que a cambio de no hacerla pública le pidió la fuerte cantidad de dinero mencionada.
Durante la primera parte de la entrevista, Nahle se negó a identificar a la persona de la televisora que intentó extorsionarla. Sólo decía que era alguien muy importante de los directivos, por lo que Delgado, ex reportero de la revista Proceso, le preguntó directo: “¿Bernardo Gómez?”, en alusión al vicepresidente de Televisa, y ella contestó evasiva y con una sonrisa nerviosa: “por ahí, por ahí”. De inmediato la cercaron inquiriéndole: “¿el segundo de Bernardo Gómez?”, a lo que ella contestó de manera categórica: “sí”. Empero, por más que le insistieron, no quiso decir el nombre del personaje.
Ambos periodistas, abiertos simpatizantes del régimen de la 4T, le agradecieron que hubiera sido en ese espacio en donde pusiera al descubierto “la extorsión de Televisa”, “por la salud pública del país”.
Sin embargo, pese a lo grave de la denuncia, nadie mencionó la posibilidad de proceder penalmente por extorsión contra los chantajistas de la televisora.
En cambio, al empresario Arturo Castagné Couturier, quien la exhibió durante su campaña por presunto enriquecimiento ilícito sin pedirle nada a cambio más que aclarara públicamente el origen de su cuestionado patrimonio familiar, la ex candidata de Morena amagó con demandarlo legalmente por daño moral y exigirle el pago de 100 millones de pesos.
La semana antepasada, el sábado 27 de julio, en su cuenta de la red social X, antes Twitter, el empresario de San Rafael publicó el siguiente mensaje:
“Señora @rocionahle le advierto que estoy enterado y bien informado de lo que me quiere hacer, reitero que no le tengo miedo, podrá inventar sobre mi persona cualquier cosa y abrir carpetas de investigación en mi contra, la hago responsable a partir de este momento de lo que me pueda pasar, lo que están armando y fabricando en mi contra a través de la @FGE_Veracruz es un acto cobarde de su parte, no espero menos de usted.
“Sin duda el que exhibiera públicamente y a nivel nacional sus propiedades, corruptelas, nepotismo, tráfico de influencias y delitos electorales causó molestia, siempre será señalada como lo que es, una mujer corrupta, prepotente y violenta, tengo las pruebas y por lo mismo acudí a la @FGRMexico y a la @FGE_Veracruz a presentar las denuncias correspondientes, sus delitos no prescribirán, hoy está empoderada y envalentonada, el poder es efímero no eterno.
“Estaré muy atento, pendiente de sus acciones e indicaciones a la @FGE_Veracruz !!!”
Pero, como empresario, Castagné Couturier no tiene el mismo peso político, económico y mediático que Bernardo Gómez, alto ejecutivo de Televisa.
Por ejemplo, Eduardo Fernández, ex titular de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) –quien está recluido en la prisión de Soto del Real, en Madrid, España, donde enfrenta un proceso de extradición a México derivado de una orden de captura por una carpeta de extorsión que, afirma, le fabricaron por revanchismo los ejecutivos de la televisora con ayuda de la Fiscalía de la Ciudad de México y de un juez capitalino–, reveló en una carta que su esposa Florencia Méndez hizo llegar a la periodista Carmen Aristegui en marzo de este año, que “Televisa, Emilio Azcárraga, Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia, están denunciados ante la SEC de Estados Unidos por prácticas corruptas, lavado de dinero, perjurio, delitos previstos en las leyes de mercado de valores, delitos fiscales y otros”, advirtiendo que, “por lo tanto, habrá consecuencias si algo me pasa, no como aconteció con quien me reveló la forma como han ordeñado despiadadamente a Televisa a través de la división de noticieros”.
El ex funcionario puntualizó que “he titulado esta carta ‘El saqueo de México por parte de Televisa, sí se toca’ porque estoy convencido que entre Gobierno, suscriptores, anunciantes, consejeros de buena fe de Televisa, accionistas institucionales, medios de comunicación no cooptados y mercados financieros, lograremos el objetivo de acabar con el saqueo permanente de las arcas públicas de México que encabeza Televisa. Saqueo por demás monstruoso y destructivo de las instituciones públicas y del Estado de Derecho”.
Y señala que también, “en 2016, Televisa fue denunciada ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos por Alejandro Quintero, segundo de abordo de Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia. Quintero se enfocó principalmente en Angoitia y Emilio Azcárraga. Pretende dejar a salvo a su jefe Bernardo Gómez. Después negocia la paz y Quintero termina trabajando hasta el fin del sexenio con Peña Nieto, Presidente de México en apariencia pero en realidad empleado de los Televisa”.
“¿Adonde quedó ‘el buen nombre’ de los televisos? Nunca presentaron denuncia para intentar limpiarlo. Los acusó Quintero, con fechas y montos precisos, de haber saqueado al Gobierno Federal, gobiernos estatales y partidos políticos, por alrededor de 14,000 millones de pesos, equivalentes a un mil millones de dólares.
“El buen nombre era lo de menos. Lo importante era cuidar el tesoro saqueado y seguir al frente de Televisa, ya convertida de años atrás, en una fábrica de delitos contra el Estado mexicano y en la mayor lavadora de dinero que México tenga memoria”, reiteró el ex titular de la CNBV.
Hasta ahora, los ejecutivos de Televisa no han salido a fijar una posición ni a desmentir la revelación de Rocío Nahle sobre el supuesto intento de extorsión por 200 millones de pesos para no difundir información sobre presuntos actos de corrupción en la construcción de la refinería de Dos Bocas. Sin embargo, anoche, en el noticiero estelar del Canal de las Estrellas que conduce Enrique Acevedo, se reprodujo un reportaje difundido antes de las elecciones del pasado 2 de junio sobre los contratos millonarios asignados y concesiones otorgadas en el sector energético al empresario Fernando Bilbao Arrieta, yerno de la ex secretaria de Energía.
Acevedo remarcó que la investigación periodística estaba sustentada con testimonios y documentos oficiales, y que esperaban que Nahle les diera su versión.
Publicado originalmente en: www.enestahora.mx